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Buenas,


Escribí una novela de ciencia ficción (es como una "alegoría" a la guerra fría, pero con un escenario interplanetario) y quería mandarla al concurso UPC, pero me gustaría que la leyeran para ver si tengo problemas de redacción, de historias o quizás de estilo.

Resumen: El Dominio de la Tierra se enfrenta contra una amenaza rebelde apoyada por un viejo planeta aliado llamado Nexus, peligrando todo el modelo económico-social instaurado. Justo cuando la amenaza no puede ser peor llega un misterioso hombre de una galaxia lejana para ayudar los Terrícolas en la guerra.


Dejo los dos primeros capítulos que son los que ya he revisado y arreglado un poco más, mientras avance en eso voy a poner los demás capítulos.
Capítulo I
Spoiler:

CAPITULO 1

Luke miró el informe con desdén, se preguntaba cómo diablos había ocurrido, qué era lo que podría haber salido mal. Todas sus acciones habían sido minuciosamente pensadas y obradas con extrema cautela, pero aun así, el informe decía que se había equivocado. Estaban en problemas. Se pasó su mano por su pelo negro. Estaba exhausto, llevaba dos noches sin dormir, se le notaba en la cara; tenía grandes ojeras, una leve barba sin afeitar y el pelo todo despeinado. Si no encontraba una solución todos sus esfuerzos habrían sido en vano. Releyó el informe una vez más, lo había hecho más de treinta veces, pero aún tenía las esperanzas de que en una nueva lectura encontraría algo que lo ayudaría para solucionar el problema. Rompiendo toda su concentración sonó el teléfono de su oficina, que no se demoró en contestar. Era una de las secretarias de la entrada del Palacio Real.
-Señor Presidente, tenemos al General Sheldon en la entrada, viene a hablar sobre el “problema”.
-Muchas gracias, dígale al General que pase.
El General abrió la puerta y la cerró rápidamente, su cara demostraba un toque de miedo tanto como nerviosismo. El General Sheldon era calvo y el único bello facial que tenía era un frondoso bigote. Era conocido en las tropas por ser una persona fría, que nunca expresaba lo que sentía, aunque se decía que tenían un gran corazón y un gran sentido del honor. Pero en ese momento demostraba claramente –aunque queriéndolo ocultar- su miedo.
-Señor Presidente, las tropas han fallado en la estación X-16, ¡estamos en serios problemas!, no sabemos si podemos seguir resistiendo, se han apoderado de casi todas las estaciones con posición estratégica, si perdemos la Y-8 y la X-2 habremos perdido total control sobre el espacio. Los ataques han sido muy ofensivos, y nuestras tropas están bastante debilitadas.
Apenas escuchó la noticia, la cara del Presidente Luke cambió radicalmente, ahora estaba enfurecido.
-¡Mierda!, problema tras problema, ¿qué sugiere hacer?
El General Sheldon se quedó callado por un rato, y ordenó sus ideas.
-Abdicar Luke, no sea imbécil, no hay forma de detener la revolución. Darle el puesto a ese chiquillo es lo más sensato, y quizás sea la única forma de prevenir un guerra civil a gran escala.
La respuesta solo hizo que el Presidente se enojara más.
-¡Cómo es posible que esos revolucionarios le lleven ventaja si somos conocidos por tener el mejor armamento en la galaxia, General!
-Presidente, cálmese, todos tenemos miedo, pero tampoco es razón para gritarme y comportarse como un hombre sin cordura. Usted sabe muy bien que los rebeldes, en su gran mayoría, son de Nexus, tienen una fuerza militar muy desarrollada…
-Lo sé, perdone, perdí la cordura. No quiero abdicar, prefiero morir con mi puesto que gané democráticamente antes que dejarlo.
-Señor, mi visita también tenía otro motivo…
-Hable General.
-Los levantamiento no surgieron por el descontento de nuestro modelo económico y social…-Dijo el General, pronunciaba cada palabra lentamente y su voz denotaba que hablar del tema le daba miedo.
-Por supuesto que no fue por eso, nuestro sistema aparte de ser único, es perfecto, el comunismo siempre lo ha sido –Interrumpió el Presidente Luke.
-Sin embargo, los historiadores con los que he hablado me han dicho que en una época, antes de que los viajes interestelares fueran posibles, había más de un modelo económico, señor Presidente.
-¡Eso es un disparate, es imposible!
-Créalo o no, es verdad. Hace mucho tiempo, la fecha se ha perdido, pero existen registros que lo comprueban. Se llama capitalismo y es totalmente antagonista al comunismo, plantea que el Estado tiene que estar reducido a su máxima expresión y que algo llamado mercado regularía todo. El imberbe que se alzó como líder en los levantamientos es pariente del ideólogo de este sistema. El chico se llama Milton Smith.
-¿Cómo sabe ese chico que es pariente del ideólogo?
-Nadie lo sabe señor Presidente, él se autoproclamo pariente, y la gente que lo apoya le creyó.
La situación era gravísima, el Dominio de la Tierra y sus estaciones espaciales no solo albergaban una larga lista de levantamientos rebeldes, si no que por detrás de estos había una ideología, que difería en todo aspecto a la que imperaba. Cuando el Dominio de la Tierra se formó solo existía un único modelo económico, llamado comunismo o neo-comunismo, este decía que el Estado controlaba todo aspecto y entregaba las necesidades básicas de cada ciudadano si es que cumplía con su trabajo. Cada persona que quisiera obtener una cosa que se pudiera considerar lujo según el Estado, tenía que mandar una carta de solicitud, y el Estado determinaría si la persona se lo merecía o no. El régimen había resultado placentero para la gente, y había terminado por ser el único , pero ahora el re-surgimiento del viejo modelo capitalista ponía en riesgo la existencia del actual sistema.
El General Sheldon miraba fijamente al Presidente Luke, ambos estaban callados. Luke no sabía en que pensar, nunca en su vida se había enfrentado con algo así, nadie nunca lo había hecho, solamente en los tiempos pre-estelares había pasado semejante aberración de que existieran dos modelos tan antagonistas, pero solo los cientistas sociales más destacados tenían acceso a los registros de esa antigua época, y muchos no tenían la intención de hacerles favores al Estado. Estaba perdido, solo le quedaba morir en su honorable puesto de Presidente del Dominio o abdicar.
El General Sheldon evitaba pensar en el tema, no sabía como tratarlo, por eso empezó a recordar sus buenos momentos en los campos de batalla para así tratar de olvidarse totalmente del asunto ya que todo final conllevaría a morir por su eterno apoyo al régimen comunista. Por primera vez en su vida tenía miedo de verdad. Trató de acordarse de cuando estaba en el batallón Nº56, cuando Nexus apoyaba al Dominio de la Tierra y al régimen. Se acordó como el General Dennyson gritaba victorioso cuando la batalla había terminado, Sheldon en ese momento todavía era teniente. Siempre había admirado a Dennyson, incluso ahora se preguntaba qué haría él si estuviera en su lugar. Su gran admiración no venía solo porque Dennyson había servido siempre a la alianza que Nexus había tenido con el Dominio de la Tierra sino porque él reflejaba los valores de un gran general, incluso había sido respetado por sus adversarios. No obstante el General Dennyson había fallecido muchos años atrás, poco tiempo después de que Sheldon lograra ser ascendido a General.

El teléfono sonó, ambos hombres se miraron, ninguno quería contestar, sin embargo el Presidente Luke tomó el teléfono y lo puso en altavoz, habló una voz que el General Sheldon ni el Presidente Luke entendían muy bien ya que escuchaba muy saturada.
-Les damos un plazo de 2 semanas para decidir si abdica, o decide pelear contra las flotas de Nexus. Como opinión personal creo que lo segundo sería un gravísimo error –la voz se rió irónicamente.
-Estamos jodidos, nos van atacar en menos de un día.. - susurró Luke
Ambos se dieron la mano y se despidieron. Dejaron esa conversación en secreto, nadie podía saber que la habían tenido, si la gente de la Tierra sabía lo que estaba pasando, afectaría al modelo y no todo funcionaría óptimamente. El General se marchó, dejando tiempo para que el Presidente Luke pensara sobre la situación.
El Presidente no salía de su despacho desde hace 2 días, sin embargo, la noticia de este nuevo modelo le dejó claro que poco podía hacer en su oficina. Tenía que investigar, y conocía exactamente a la persona que lo podía ayudar; Anette Holzmann, hija del gran Ricardo Holzmann.
Ricardo era un economista alemán, aunque estaba viejo su apariencia decía todo lo contrario, Luke lo conocía porque el economista había sido su primer ministro de economía. Experto en la teoría marxista y doctorado en la universidad de Nueva Oslo. Él le había trasmitido a su hija todo el amor por la historia. Y había resultado muy bien, Anette estaba considerada como la mejor historiadora del Dominio, aunque había estudiado sociología. Ella tenía acceso a los archivos de la épocas pre-estelares, y si se negaba a dar información, quizá su padre le podía ayudar, tenía que saber algo del capitalismo. Cualquier cosa por nimia que fuera le ayudaría un montón a comprender la situación e idear un plan contra esos “capitalistas”. Para poder enfrentar a la nueva amenaza, tenían que conocerla por completo.
El Presidente salió de su elegante transporte, se había preparado bastante bien, se había afeitado y llevaba sus mejores prendas, un elegante terno negro. Tenía que ocultar cualquier cosa que mostrara su reciente estado de vigilia, si se presentaba de la forma en que estaba cuando se reunió con el General Sheldon significaría que estaba alarmado y lo último que quería era que la gente del Dominio se enterara de lo gravísima que era la situación.
Cuando Ricardo vio al Presidente, levantó su sombrero y lo saludó de una manera cordial.
-Buenos días, señor Presidente Lósif.
-Es gratificante volver a verlo, además puedo ver que se encuentra muy bien.
-Muchas gracias, ¿a qué se debe su visita?
-Necesito conseguir unos archivos, creo que usted y su hija me pueden ayudar muchísimo.
-No veo cómo, Lósif, usted es el Presidente del Dominio, si usted no puede conseguir algo, dudo que yo o mi hija lo logremos.
-¿Usted o su hija habrán escuchado sobre la bóveda o no? –Preguntó el Presidente, sabiendo la respuesta de antemano.
-Por supuesto, sin embargo no puedo compartir su contenido con todas las personas, solo a cientistas sociales de prestigio o a gente de la A.I.S.
La bóveda era el lugar donde estaban todos los archivos de la Tierra pre-estelar, es decir, antes de que se conociera vida en otros mundos. Su contenido era confidencial, aunque hacían excepciones con algunos cientistas sociales. Su uso era reservado solamente para la gente de la A.I.S., esta era una asociación que reunía a los mejores sociólogos, psicólogos, economistas, cientistas políticos entre otros, y se dedicaban al estudio de textos, en su mayoría históricos. Anette Holzmann tenía un privilegiado puesto en la A.I.S.
Luego de un largo rato de discusión, Luke logró convencer a los Holzmann para que le hablaran sobre algunos archivos de la bóveda, sin embargo, fue Anette la que le dio la información ya que su padre insistió que su hija sabía más.
Anette arregló su pelo rubio antes de empezar, no solo se podía percibir su gran intelecto y su gran bondad, sino que era muy linda, de tez blanca y ojos amarillentos, era realmente cautivadora.
-Primero que todo, no hay fecha exacta de la creación del capitalismo, aunque algunos dicen que surgió en el siglo XVIII, contando desde la antigua forma de la Tierra, hablando de nuestra época, eso equivaldría al X siglo pre-estelar. El nacimiento del capitalismo se debe a muchas personas, si el chico que tú dices se hace llamar Milton Smith, debe ser -si es que llegara a ser verdad, cosa que dudo- pariente de Adam Smith, al que, en gran parte, se le debe la creación del capitalismo. Ese sistema plantea que el Estado no debe tener control en la parte económica de una sociedad, para dejar que el mercado “fluya”. Supongo que debes estar preguntando qué es el mercado, bueno, descrito en pocas palabras y de forma sencilla, se refiere al intercambio de productos. Smith dice que la oferta-demanda de estos productos va a regular todo. A mediados del siglo XXIII contando desde la antigua forma de la tierra, o el V pre-estelar este modelo empezó a generar grandes descontentos sociales, por eso se desechó. El comunismo actual es una respuesta a ese descontento, si bien tiene muchas diferencias al comunismo original, se le sigue llamando comunismo. Eso es todo lo que le puedo contar señor Presidente.
El Presidente estaba complacido, la respuesta de Anette no era lo único que iba a necesitar, pero le ayudaba bastante.
-Muchas gracias, por ahora eso ha sido más que suficiente, aunque lo más probable es que necesite su ayuda o la de Ricardo en el futuro.
Luke tenía muchas cosas en que pensar, no podía perder tiempo. Si abdicaba lo más posible es que Smith llegaría al poder y nada más podría pasar, aparte de la destrucción del régimen, que en estricto rigor, era una consecuencia muy grande. Tampoco nada aseguraba que los billones de ciudadanos no rebeldes, que confían en el modelo no lo defenderían, es decir que nada asegura que no se produjera una guerra civil. Por otro lado, si decidía no abdicar era seguro que se produciría una guerra contra Nexus. Estaba en problemas por ambos lados y no tenía la menor idea de qué hacer, la amenaza empeoraba cada vez más.


























Capítulo II
Spoiler:
CAPITULO 2

El General Sheldon caminaba unilateralmente hacia su despacho, le habían comunicado que un hombre de otra galaxia quería hablar con él. No había nombres, no había antecedentes, no había nada. Podría ser una trampa, pero él se arriesgó. Sheldon iba con su uniforme de General, sus medallas relucían y tenía una emblema de un oso en el pecho, su cara de miedo que había tenido en la oficina del Presidente ya no existía. Iba a paso acelerado, tenía en su cinturón un revolver K89, que disparaba un rayo de electricidad con tanta potencia que podía matar, sin embargo el suyo era distinto, solo disparaba un rayo de leve potencia que dejaba paralizado. Si se trataba de un rebelde no iba a perder la posibilidad de interrogarlo.
Al llegar a la oficina descubrió que la persona que lo había citado para la reunión era un hombre muy extraño. Llevaba vendas por toda la cara y no se le podía ver nada, tenía un gran chaquetón de color marrón. Parecía inofensivo, pero no iba a bajar la guardia solo por la apariencia.
-Buenos día General.
Sheldon quedó asombrado por su extraño acento, no era de ningún lugar que conociera.
-Buenos días señor, parece que usted no es de por acá.
-Está usted en lo correcto, soy de Urbis, un planeta que queda en una galaxia muy lejana, dudo que haya escuchado de él, sin embargo, déjeme presentarme, soy Álticus Dion.
El General Sheldon estaba totalmente perplejo, nunca había escuchado algo así en su vida, nunca había creído que alguien le iba a decir que vivía en “un planeta que queda en una galaxia muy lejana”, se suponía que cuando los viajes estelares se hicieron posible todo empezó a quedar cerca.
-¿Y qué hace por aquí señor Dion?
A Álticus le causaba mucha gracia la perplejidad del General e iba a encestar el golpe de gracia
-Tengo la solución a sus problemas con los rebeldes de Nexus y su llamado capitalismo.
-Perdón, dígame como sabe usted esos asuntos, son de extremo carácter confidencial.
Se notaba que el General Sheldon estaba encolerizado, y eso solo le causaba más gracia a Álticus.
-Porque el capitalismo no es un sistema muerto como ustedes creen, existe desde hace varios siglos en las galaxias más allá de Hélicon
-Y entonces porqué Nexus ni nadie sabe de eso.
-Nexus ni a nadie le interesa saber que hay más allá de la periferia, han mentido diciendo que no existe algo más allá, pero en la periferia no solo existen más planetas -que no son solo habitados por humanoides, sino que también por otras criaturas racionales-, también existen muchos otros tipos de modelos económicos, algunos fallan, otros no. Nexus al igual que ustedes y todo lo que esta antes de Hélicon es del régimen comunista o partidario al ala izquierda, así es como lo llamamos nosotros.
El General Sheldon no podía creer lo que estaba escuchando, todos los científicos afirmaban que no había nada después de Helicón, sin embargo, estaba al frente de un hombre que afirmaba lo contrario, y decía cosas que él, ni ningún ser humano que tuviera un mínimo nivel de sensatez hubiera aceptado. Asumió que debía de ser una broma de mal gusto, u otra cosa por el estilo.
-Usted señor Dion, es una farsa, y veremos si también es un espía, queda bajo arresto.
-Espere, y ¿realmente no le interesa saber cómo ganar esta guerra?
-¿Perdón?
-Antes de seguir, escolte ahora mismo a su querido señor Presidente de su palacio, él está en grave peligro, exactamente en 20 minutos más van a explotar bombas en todas las instituciones importantes, y el golpe habrá iniciado, nada hay nada que puedas hacer para detenerlo, y sin mi ayuda dudo que puedan hacerle frente.
El General no sabía qué pensar ni qué hacer, ese hombre podía ser un espía de los rebeldes. Si no era tomado en cuenta y lo que decía era verdad podría ser que el régimen viera su fin, no obstante, él también era capitalista, ¿por qué quería ayudarlos?, tenía muchas preguntas y muy poco tiempo. Su mente estaba confusa y no sabía qué hacer, sin embargo, si lo de las bombas era cierto, tenía que avisarle al Presidente Luke, no tenía mucho que perder, lo peor que podría pasar es que se generaría un poco de desorden, pero prefería eso a que perder la vida del Presidente. Optó por la decisión que usualmente no habría hecho, decidió confiar en Álticus Dion
El Palacio y otras instituciones fueron evacuadas, sin embargo la única que logró realizar la evacuación con éxito fue el Palacio, el Presidente fue avisado por una línea de comunicación externa y no se demoraron en sacar a todo el personal del palacio, sin embargo, las líneas de comunicación públicas se habían caído, por eso no se pudieron contactar con las otras instituciones. Luego de la evacuación, el Presidente decidió juntarse con el General Sheldon y Álticus Dion en un pequeño café que quedaba en un barrio antiguo de la ciudad.
La capital del Dominio se llamaba Nueva Alemania, debido que ocupaba gran parte de la delimitación de Antigua Alemania. La capital cambiaba mucho culturalmente, usualmente hacían una copia del país de origen del Presidente, sin embargo el Presidente Luke Lósif había sido reelecto muchas veces, y la Nueva Alemania seguía igual desde hace mucho tiempo.
Se podía sentir el olor del humo en el aire, era cuestión de horas para que los medios hicieran llegar la noticia a boca de todos. Toda la población del Dominio se iba a enterar de que la guerra había comenzado, una guerra de carácter particular, una guerra que nunca antes se había visto. Nadie lo iba a creer. El sol resplandecía, como si fuera un día común y corriente. En los aíres se podía ver el humo proveniente del palacio del Dominio, del congreso y otras instituciones importantes.
El Presidente Luke miraba con un cierta perplejidad a Álticus, no era un humanoide como tal, aunque tenía la forma de uno, su cuerpo estaba envuelta en vendas, Sheldon al principio había creído que se podía deber a alguna enfermedad, pero luego descubrió que no era así, esa venda era su piel.
-Señor Presidente, le tengo una oferta que no podrá rechazar.
El Presidente contemplo la cálida y extraña voz de su invitado
-Primero, señor Álticus, quiero saber quién es usted, el General Sheldon me comentó que su planeta tienen un régimen capitalista, entonces si usted es un “capitalista” ¿por qué quiere ayudarnos?
-La razón más importante es porque me conviene, no lo entenderían, ya que no conocen los mundos que están más allá de Hélicon. También existe otra razón, y es que particularmente no me gusta que un chiquillo profane la memoria de Adam Smith.
-Hay algo que no entiendo, ¿Cómo conoce a Adam Smith, si él es un ideólogo de la Tierra? –Preguntó el General
-General, una ventaja de nuestro sistema es que gracias a la industria privada hemos logrado generar mucho más desarrollo, lo que también se traduce en más investigaciones a otros mundos, especialmente a Mort, a Xar´um y la Tierra.
-Entonces está al tanto de casi toda nuestra situación –Dijo sorprendido Luke
-Por supuesto.
Tanto Luke como el General Sheldon quedaron estupefactos, no podían procesar que existieran más planetas después de la periferia, y que estos tuvieran un desarrollo tan alto que lograran investigaran a otros planetas.
-Bueno, entonces ¿qué es lo que propone señor Alticus?
-Señor Presidente, le voy a prestar armamento, naves y un crucero interestelar. Le aseguro que exterminará a esos rebeldes de una vez por todas.
El General Sheldon no se veía muy complacido
-¿Y qué consigue usted a cambio?
-Me conviene que ustedes ganen la guerra, como dije, tengo mis razones, no espero que lo entiendan, y por eso mismo no se las voy a explicar.
Tanto Sheldon y Luke sabían que su única esperanza era Álticus, aunque les resultaba sospechoso que sus razones fueran secretas porque podía significar que Álticus era un espía de Nexus o algo peor, podría ser un espía de un planeta de la periferia que quisiera dominar todas las galaxias. Podía ser tantas cosas, podía ser que en verdad quisiera ayudarlos, era jugar un juego de azar, no se sabía si les convendría o no, no obstante, no tenían otra opción, a esas alturas nada podía ser peor. Decidieron confiar en él e hicieron el trato.
La prensa local no tardó en publicar el desastre de la capital del Dominio. El terror era sembrado en la masas. El congreso había sido totalmente destruido, la mayoría de lo parlamentarios habían muertos, aunque cada perdida de una persona era una tragedia, el parlamento no se iba a usar en tiempos de guerra, así que su destrucción poco le importó a la gente del gobierno. El palacio había logrado ser evacuado, y no hubieron tantas bajas, sin embargo la estructura fue en su mayoría destruida. La mayoría de los archivos de la biblioteca había sido quemados por el fuego de las explosiones, pero unas cuantas cosas habían sido rescatadas. En la corte todos habían muertos, en la sala más importante de esta, el martillo del juez yacía en piso, todos los bancos estaban desordenados, y tres hombres habían sido aplastados por escombros, no dejaba de ser un escenario fúnebre y sádico. La tragedia había impactado, y lograba su objetivo. Había pánico en Nueva Alemania. Pronto el resto del Dominio estaría alerta del inminente peligro de las fuerzas rebeldes.
Cada detalle del plan de los rebeldes había sido planificado con extrema cautela, y todo había pasado exactamente como tenía que pasar, a excepción de la evacuación del palacio. Solo era cuestión de minutos para que Milton se diera a conocer públicamente. Exactamente a las 9pm sonaron las campanas por las radios de las calles, por toda la Tierra. Un ruido incrementaba paulatinamente y pronto se logró escuchar una voz definida, cortante y feroz.
-Buenas noches, soy Milton Smith, heredero del gran Adam Smith, creador de un modelo perfecto, aun mejor que el comunismo. Lamentablemente, hoy en día muy pocas personas se han dado cuenta de que este modelo es inútil, y no nos deja desarrollarnos. Este modelo nos quita nuestra libertad, ¡hemos sido encadenado a un ente ficticio llamado Estado!, todo tiene que pasar por él y ser aprobado. Nuestra vida esta supervisada por él, si el Estado no quiere que comamos, no comemos, si el Estado quiere que no veamos algo, nos lo censura, si el Estado nos quiere muerto, nos perseguirán hasta matarnos, ¿Es que no entienden?, pero no se preocupen, yo les traigo la solución. En un sueño se me presentó el espíritu de mi antepasado: Adam Smith, y me contó acerca de sus textos ocultos. Cuando los analicé, y los redacté de una forma más actual, se los fui a presentar al C.D.D. , el resultado fue nefasto, fui exiliado. Eso solo significaba que este ente ficticio, controlado por el Presidente Luke Lósif, temía de mí, temía de mi conocimiento. Ellos saben que mi sistema es mejor, que da más oportunidades, más libertad. ¡Únanse y lograremos el cambio!
La voz se desvanecía lentamente, el discurso había impactado en la gente, había provocado justo lo que la facción rebelde quería, había sembrado la semilla de la duda. ¿Qué tan mejor sería este nuevo modelo?, ¿era verdad qué el Estado los tenía a todos atados y restringía su libertades?
El mensaje de a poco había destruido la confianza plena que tenía la gente con el Estado.
Por otro lado, el Presidente quería saber cómo Milton había conseguido el apoyo de Nexus, solo había un hombre que podía ayudarlos a descubrir qué había pasado y qué estaba pasando allá; El diplomático de la delimitación de antigua Chilena, Pedro Montalva.






Capítulo III

Spoiler:



El Presidente citó al diplomático para una reunión de mucha importancia. Pedro no era un diplomático muy conocido, de hecho, el único motivo de porque el Presidente lo conocía era debido a que el padre del diplomático había trabajado con él. Pedro tampoco era un diplomático interestelar, pero conocía la situación de Nexus porque una organización le había pedido investigar sobre Nexus, y él lo había hecho muy detalladamente.
Pedro leyó la invitación y tomó el primer avión con dirección a Nueva Alemania, hace mucho que no iba a algún lugar en avión. Cuando abordó la aeronave, empezó a revisar que todos sus documentos estuvieran en su maletín. Pedro no era tan viejo, tenía 34 años. Era alto y flaco, tenía una suave tez morena y ojos negro, su pelo era color castaño y lo tenía largo, también tenía una barba completa que se notaba muy bien cuidada. Siempre tenía una sonrisa, reflejaba paz y calma, la gente que lo conocía decía que se debía a que realizaba ejercicios de yoga que lo apaciguaban.
El avión aterrizó, el viaje se había demorado un poco menos de lo previsto y no había tenido ninguna dificultad. El último en bajarse fue Pedro, caminaba calmadamente como si tuviera todo el tiempo del mundo. Ansiaba encontrarse con el Presidente Luke. También esperaba ver a otros ministros con que había compartido parte de su juventud cuando vivía en Nueva Alemania con su padre.
Se juntaron en el ex congreso, ya que el Palacio estaba muy dañado. El ex congreso usualmente se ocupaba para hacer seminarios o eventos chicos.
Pedro contempló la belleza arquitectónica de Nueva Alemania, quedando fascinado, si bien no era algo completamente nuevo para él, hace mucho tiempo que no estaba ahí. Era totalmente distinto a la delimitación de Antigua Chile. Cuando entró al ex congreso apuró un poco la marcha, ya que seguramente lo estarían esperando solo a él. Cuando por fin se encontró con los demás, efectivamente lo estaban esperando.
Después de que todos se saludaran informalmente. El Presidente Luke pidió que se sentaran. Pedro reconoció algunas caras, pero habían muchas personas que no había visto nunca en su vida. Luego de que Luke le diera el permiso de hablar, Pedro se ordenó su uniforme y empezó a hablar.
-Buenos días señores, mi nombre es Pedro Montalva, el Presidente me llamó para que les contara la situación actual de Nexus. Bueno, para iniciar, no me fue fácil conseguir la información, ya que han bloqueado casi toda forma de comunicación, sin embargo, gracias a algunos de los agentes que el Dominio tiene en Nexus he obtenido noticias de su situación-. Antes de empezar, se arregló la corbata, revisó algunos archivos, tomó aire y prosiguió: –Smith no ha mentido cuando dijo que lo exiliamos, no obstante, fue porque no hacía su trabajo bien y el C.D.D. pensó que no tenía las condiciones óptimas para seguir en el régimen. Cuando llegó a Nexus logró obtener apoyo ciudadano y político, desconocemos de quién, pero lo obtuvo. Se encargó de difundir su “mensaje” y empezó a ganar bastante influencia en los sectores más importantes del planeta. Tanto que hizo que un candidato capitalista ganara las elecciones, lo más probable es que las haya saboteado pero no se puede decir con total certeza. Paulatinamente Nexus se ha ido convirtiendo en un régimen capitalista. Esta situación nos pone en peligro, ya que ahora toda su enorme milicia que antes nos apoyaba, ahora está contra nosotros. Zaar y Xar´um se han mantenido al borde del asunto, -quizás si Xar´um nos hubiera ayudado cuando tratamos de erradicar al enemigo en las primeras estaciones espaciales en que nos atacaron, podríamos haber exterminado a los rebeldes, lamentablemente eso no pasó-. Para peor, Smith ha aprovechado su favorable situación para expandir las ideas capitalistas y conseguir apoyo de civiles en la Tierra.
Una de las personas que Pedro conocía más que bien, tomó la palabra.
-Buenos días señores presentes, me llamo Ricardo Holzmann , soy el nuevo ministro de economía. No quería involucrarme en asuntos gubernamentales de nuevo, pero cedí ya que la situación es crítica y puedo ser útil por todo mi conocimiento sobre economía. Por mi parte voy a preocuparme de averiguar todo lo que pueda acerca el capitalismo para que podamos idear un plan para que la gente se dé cuenta de lo erróneo que es.
-Buenos días señores presentes, soy el General Aldous Sheldon, si las naves interestelares son tan poderosas como me dijo Álticus, podremos erradicar a los rebeldes de nuestras estaciones cercanas y algunas lejanas. No soy de las personas que hacen muchas proyecciones, pero si todo esto resulta bien, pronto podremos ganar la guerra.
-Creo que esta todo dicho –Dijo el Presidente, no se presentó debido que todos sabían quien era. –Sin embargo voy a decir algunos datos prácticos; haremos dos grupos, uno que se encargará de idear las tácticas y operaciones de la guerra, y otro que averiguara sobre el modelo capitalista. Así avanzaremos mas rápido.
Cuando terminó de hablar, hubo un corto silencio, luego todos se pararon y se fueron. A la salida, Pedro habló con algunos ministros que conocía y otros que nunca había visto en su vida. Le llamó la atención particularmente que Ricardo fuera el nuevo ministro de modelo y el jefe de la investigación del modelo capitalista, ya que la última vez que lo vio, aseguró por su vida que nunca iba asumir otro cargo gubernamental por lo que le ocurrió a su esposa, Pedro nunca supo bien lo que pasó, la verdad, por alguna razón era secreto de Estado, solo sabía que había muerto en un accidente, pero esa no era razón para hacer que una persona odiara tanto al gobierno, el diplomático pensaba que debía de haber algo más.
Pedro conocía a Ricardo desde hace mucho tiempo, y la razón de esto no era que su padre hubiera trabajado con él. Lo conocía porque había conocido a Anette Holzmann en la delimitación de Antigua Suiza. Anette había quedada asombrada con la paz mental y el humor de Pedro, y este a su vez había quedado totalmente enamorado de su intelecto y su belleza. Ambos eran estudiantes de sociología. Pasaban horas discutiendo acerca del modelo, de sus defectos y sus maravillas. Aunque la primera vez que se vieron, estuvieron juntos pocas semanas, se hicieron grandes amigos.
Ricardo tenía trabajo de la universidad que hacer, por eso se alejó rápidamente del lugar y se dirigió a su vehículo con paso acelerado. Pedro lo alcanzó justo antes de que se fuera del lugar.
-Señor Holzmann, espero que se acuerde de mí –Dijo el diplomático con una sonrisa.
-Por supuesto Pedro, cómo olvidar a el hombre que debería estar casado con mi hija hace ya bastante tiempo.
Ricardo siempre había querido que su hija estuviera con Pedro, ya que siempre había encontrado que Pedro era hombre agradable y noble, que calzaba justo con su hija, además ambos eran muy buenos amigos.
-Se nota que no ha cambiado en nada, señor Holzmann. ¿Podría alojarme en su casa?
-No hay inconveniente, además a Anette le encantará. –Ricardo esbozó una sonrisa y le abrió la puerta del auto a Pedro.

**********

Mientras todos se iban, las puertas del ex congreso se cerraban de nuevo, todavía tenían que definir la estrategia que ocuparían en su primera batalla con el apoyo de Álticus. El General Sheldon miraba fijamente a Álticus. Todavía no confiaba en él, sin embargo, a Álticus no le parecía importar, solo se limitaba a contemplar y disfrutar, parecía como si todo estuviera ocurriendo justo como él quería que saliera.
Tarde o temprano el hombre de la periferia se tendría que ir, no podía dejar sus “negocios” solos por tanto tiempo allá en Urbis, y tenía otras cosas que hacer.
El Presidente Luke trazaba unas rayas en un plano, seguía cansado pero ahora tenía la esperanza de que la guerra podía ser ganada y eso lo animaba a continuar, aunque seguía sin saber casi nada del capitalismo tenía la certeza de que Ricardo lograría conseguir más información. Álticus miraba al Presidente Luke y al General Sheldon, pensó en lo diminuto que eran, ellos no sabían completamente nada. Álticus estaba alegre, lo mejor estaba por venir, mientras más sangrienta fuera la guerra, mejor sería su recompensa, no obstante, tenía que tener cuidado, ya que sabía que el General Sheldon estaba sospechando constantemente de él, pero en el estado de shock que estaba, eso no sería problema.
Luke paró de trazar las rayas en el plano, las inspeccionó muchas veces, había algo que no calzaba, no existía certeza de que funcionaría. Sheldon revisó el plano, era un plan arriesgado, avanzar y atacar la estación X-16. Desde que los rebeldes la habían ganado, ocuparon la colonia como hangar. Si la facción rebelde no era erradicada pronto podría significar un grave peligro para las estación Y-8 y X-2; y si estas caían a manos de los rebeldes, sería casi imposible defender el Dominio. El plan constaba en que un ejército iba a desconcentrar a las fuerzas Generales del hangar, y otro grupo chico de elite iba a sabotear la base y hacerla estallar. A los 20 minutos de la operación iban a desplegar el nuevo neo-crucero interestelar que les había dado Álticus. La defensa que opondría el enemigo era desconocida, por eso mismo la misión era muy arriesgada y si las especulaciones no eran correctas todo se iba a ir al carajo.
Luego de la reunión con terminara, cada uno de los que estaban presente se fue.
Antes de que se fuera a Urbis, Álticus tenía cosas que hablar con Ricardo. Una de las habilidades que tenía la raza de Álticus era la súper percepción, cuando Ricardo había hablado en la reunión, Álticus había sentido algo extraño, un sentimiento de odio muy profundo, pero lo raro no estaba en eso, en algunas personas el sentido de odio al hablar del enemigo es totalmente normal, pero había sentido odio hacia Luke, hacia el modelo comunista. Había algo muy raro en él, Álticus tenía que averiguar que pasaba con Ricardo, o quizá, solo quizá lo había malinterpretado. Había escuchado que por estar mucho tiempo afuera de la orbita Urus, las habilidades de los Krieg se debilitaban o se generaban malfuncionamientos de estas.
Encontrar la casa de Ricardo fue fácil, no pudo preguntarle al Presidente ya que habría sido arriesgado, sin embargo, había logrado copiar la dirección de la mente del General Sheldon antes de que se fuera. Cuando llegó se dio cuenta de que la casa del ministro era un edificio con un toque arquitectónico antiguo pero no prestó tanta atención a eso, nunca le había interesado la arquitectura terrestre. El edificio tenía cuatro pisos, aun así, se veía inmenso. Álticus tocó el timbre, no era tan tarde, no obstante, podrían estar comiendo en algún otro lado, fuera del edificio. Su duda se respondió rápidamente cuando Anette Holzmann le abrió la puerta, ella quedó asombrada por la figura de Álticus, nunca había visto a un hombre así, si es que se le podía llamar hombre.
-¿Quién es usted?
-Trabajo con tu padre, necesito hablar con él. Asuntos muy importantes, señorita.
Anette sintió que el huésped estaba siendo honesto y lo dejó pasar. Llamó a su padre para decirle que había alguien que deseaba hablar con él.
Ambos señores se saludaron cordialmente, Ricardo pasó a una sala e invito a Álticus que hiciera los mismo, luego cerró la puerta con llave.
-Señor Álticus, ¿Qué quiere?
-Hablar con usted, quiero saber por qué odia tanto al Presidente Luke
-Así que es cierto que los Krieg pueden percibir e inculcar pensamiento en la gente.
-No me sorprende que alguien de la logia Marshall conozca las razas que hay en la periferia, aunque debo decir que no podemos inculcar pensamientos a la gente.
Ricardo se rio despacio, sacó una copa de un estante que había en la sala, la llenó con whiskey bourbon y tomó un sorbo, luego sonriendo dijo:
-Katerine Trotsky era mi esposa, una gran mujer. Luke insistió de que tenía que ayudar en un proyecto del gobierno, ella era bioquímica y Luke pensó que podía ayudar en el programa de armas biológicas del Dominio. A todos los científicos que participaron los llevaron engañados, Katerine nunca supo lo aberrante que era el programa hasta que llego allá y después fue muy tarde. Si lo hubiera sabido, nunca habría participado. Cuando el proyecto se tornó inviable, el Presidente Luke tomó la decisión de quemar el establecimiento, con todos los científicos adentro. Luke trató de engañarme a mi y a todos los medios, nos dijo que fue un accidente, que hubo una fuga de gas, y que alguien había prendido fuego y todo había explotado, no obstante, logré tener un informe detallado de lo que pasó ese nueve de noviembre. Juré por mi vida que me iba a vengar de Luke.
-Tratar asuntos personales como la venganza en medio de una guerra no creo que sea conveniente.
-Nunca dije que lo haría ahora, pero lo tengo pendiente.
-Otra cosa más me inunda la mente, ¿Por qué aceptaste el trabajo como ministro de economía?
-Amo a la gente de mi planeta, y no quiero que esos rebelde lo toquen.
Ambos señores se despidieron. No había nada más que hablar.
Ricardo había contado la verdad, algo que nunca se lo había contado a ninguna persona. Ese accidente hace ya mucho tiempo le había cambiado la vida. Antes era un persona cegada por el factor ideológico. Había estudiado todos los movimientos contemporáneos del marxismo. A diferencia de otros economistas, él había logrado obtener permiso para estudiar los textos clásicos de Mao, Trotsky, Lenin, Guevara, y otros exponentes en el comunismo antiguo. Katerine era distinta a las otras mujeres y a casi todas las personas del Dominio, disgustaba del modelo, encontraba que hablar de él, y todo lo relacionado a él era monótono. Ella era una mujer que necesitaba adrenalina y de acción, encontraba tedioso y aburrido hablar sobre el régimen. Gustaba de leer las antiguas novelas, las que habían sido escritas cuando el Dominio recién llevaba 60 años, esas novelas que hablaban de aventuras maravillosas. Ella encontraba en el caos la paz y en la locura la cordura.
Cuando ambos se conocieron y se casaron, no podían ser más felices pero cuando pasó el “accidente” el 9 de noviembre, la vida de Ricardo cambió radicalmente, lo único que pudo curar paulatinamente su amarga herida fue Anette, sin embargo, ella no era como Katerine, ella no disgustaba del modelo, era todo lo contrario, quería conocerlo totalmente, aun así, Ricardo logró encontrar la forma de sanar su herida enseñándole historia a su hija, pero la cicatriz de la herida nunca se había sanado correctamente, y el dolor cada vez se hacía más fuerte y amargo.
Anette no podía dormir, después de que Álticus se fuera, su padre se había encerrado en la sala. No sabía sobre que cosa estaban discutiendo, pero sabía que no había nada que podía hacer, eso la frustraba un poco, decidió ir a la pieza donde estaba Pedro. El diplomático había tenido un día realmente largo, no había parado de hacer cosas, por esa simple razón estaba durmiendo profundamente. Anette no tenía intenciones de despertar a Pedro, aparte, esa opción la veía un poco difícil. Ella hizo un espacio en la cama de Pedro y se tapó con las sabanas, por alguna razón se sentía mas segura durmiendo con él.

**********

El General Sheldon despertó temprano, tenía que dejar todos los preparativos listos, y explicar la misión completa al gabinete del Presidente. El amanecer era cálido, los rayos de sol alumbraban y calentaban. De vez en cuando el General Sheldon se preguntaba cómo existían planetas como Mort, en cual todas las ciudades estaban cubiertas por cúpulas colosales de un tipo de metal extraño. Pensó que sería muy extraño sentir que la luz que alumbra el día fuera artificial.
Los días que habían pasado desde el Día Negro -nombre que se le dio a la catástrofe rebelde- habían sido tranquilos, nada malo había pasado, sin embargo, eso solo reflejaba la calma antes de la tormenta.
Luego de sentir un rato el exterior, el General se preparó para ir al nuevo hangar, donde se harían todas las reuniones presidenciales, el hecho de que este estuviera bajo tierra servía para que no estuvieran bajo ninguna amenaza. Para su fortuna cuando llegó estaban todos los del gabinete sentados, listo para escuchar la operación.
-Buenos día caballeros –Saludó General -Hoy les vengo a presentar nuestra última táctica, con la que creo que podremos repuntar. La operación se llama “Cortina de hierro”, son cinco estaciones las que conforman nuestro objetivo. No queremos destruirlas sino que erradicar a los rebeldes, y en lo posible conseguir lo máximo de rehenes que podamos y robar todas las armas enemigas. Si rompemos esa “barrera”, es decir, tomamos esas cinco estaciones espaciales podremos tomar el portal Beta, el cual nos dejaría en la galaxia de nuestros enemigos. y muy cerca de Nexus. Vamos a ir una por una. El plan para destruir el hangar que se ubica en la primera colonia de la barrera, consiste en que nuestro ejército abordara el Kírov, nuestra nave más poderosa, limpiara la superficie y dejará a nuestros hombres en la estación, luego subirá a los cielos y apoyará desde ahí, mientras tanto una nave tipo Espectro llevara a la base de los rebeldes tres soldados de elite, contamos con que las tropas rebeldes enfrentaran con toda su potencia el batallón y se olvidaran de asegurar la base, como no queremos que esto sea un suicidio, a los 20 minutos de la batalla llegará el nuevo crucero que nos dio Álticus, yo personalmente piloteare ese crucero, con eso más el Kírov daremos apoyo a los hombres, no sabemos que harán los rebeldes para defenderse, quizá vengan los cruceros de Nexus, si eso pasa tendremos que confiar que no traigan todas las naves de su milicia-. El General dejó de la lado su informe y sacó otro de su portafolio. –Hay otra cosa que es importante mencionar, es cosa de días para que las guerrillas rebeldes actúen en el Dominio, nuestros agentes han detectado que se han infiltrado armas ilícitas. Hemos puesto al tanto a las tropas de cada delimitación.
El ministro de guerra tomó la palabra.
-Buenos días, soy Karl Frunze, ministro de guerra y defensa. General Sheldon su plan es maravilloso, sin embargo creo que deberían ocupar nuestro nuevo juguete –El hombre rió para si -las bombas R, servirá para limpiar la superficie, destruirá todo lo que esté a su paso, desconozco si el Kírov podrá ocuparlas, pero se que ya tenemos por lo menos dos naves que pueden usarla. Solo una bastará para limpiar el perímetro.
-Ministro Frunze, creí que las bombas no estaban listas, ¿Por qué no me han informado antes? –Preguntó el Presidente.
-Señor Presidente, ruego que me disculpe, quizá hubo algún fallo de comunicación.
El General Sheldon interrumpió la conversación de ambos hombres.
-Entonces las usaremos. Los que no fueron citados para la segunda reunión por favor salgan.
Salieron varios ministros, entre ellos los ministros Frunze y Holzmann. El Presidente tenía que informar ciertas cosas.
-Señor Pedro Montalva, necesitamos de usted. ¿Sabe hablar Xarumano?
-Nunca aprendí la lengua en su perfección, pero creo que puedo sobrevivir allá, tuve que aprender lo básico para muchos textos sociológicos importantes.
-Excelente señor, necesitamos contar con el apoyo de Xar´um y pronto de otros planetas que estén a nuestro lado de la cortina de hierro, no serán potencias como Nexus, pero nos podrían dar mucho apoyo. De distintas fuentes nos informaron que los rebeldes estaban tratando de conseguir apoyo de otros planetas, no podemos quedarnos de brazo cruzados, por eso es de suma importancia su misión Pedro, otra cosa más, allá se encontrará con la señorita Donoso, por asuntos que no podemos revelarle tiene que hacer lo posible para traerla al Dominio. Dedicaremos grandes sumas de dineros para dar apoyo a estos planetas. Esto no solo es una guerra normal, es también una guerra ideológica, y para ganar necesitaremos respaldar a los actuales planetas comunistas para que no caigan en manos capitalistas.
-Entendido señor, dígame cuando tengo que partir y lo haré.
-Partirás mañana en la mañana, de esta forma iniciaremos nuestra operación, que he llamado: “la Doctrina Truman”, una última cosa, tome este papel, es una citación con el comité de Xar, solo muéstralo cuando tengas que entrar al palacio, pero a nadie más, ¿entendido?
Pedro asistió con la cabeza, tomó el papel y lo leyó despacio, luego lo guardo en su chaqueta. Miró al presidente y se despidieron.





Capítulo IV (desde acá los nombres del General y el presidente ya están cambiados)

Spoiler:


Las naves habían partido, era cosa de segundos para que activaran la velocidad interestelar y saltaran a la galaxia donde estaban las ex estaciones espaciales del Dominio.
Las estaciones estelares –o también llamadas colonias- eran gigantescas instalaciones que estaban en el espacio, algunas estaban en las orbitas de los planetas, otras estaban quietas en el vacío. Estaban hechas de un material muy sólido, que solo era posible moldear a grandes temperaturas. Su principal uso era como base militar para organizar tropas y guardar armas, aunque también existían casos en que eran ocupadas como bases diplomáticas.
El Kírov era un crucero apoteósico, medía aproximadamente unos 320 metros de largo, era la nave mas grande de todo el Dominio y posiblemente de toda la galaxia. Había sido construido en el espacio. Tenía dos alas, en la izquierda estaba inscrito el símbolo del Dominio, al final de estas habían dos cañones de rayos. El puente estaba al medio del crucero. La punta de la nave no era aerodinámica como los antiguos aviones comerciales de la tierra, sino que tenía otras dos alas más, estas estaban llenas de mini-torretas de disparo. La capacidad del Kírov era de un total de 1945 pasajeros, y en esta oportunidad estaba lleno. Tenía muchas torretas de láser tipo ATS. Aparte del Kírov, el Dominio llevaba una nave estándar, la cual estaba equipada con bombas R.
En el puente del Kírov estaba el Capitán Minemann, se veía impaciente, estaban a unos cuantos millones de kilómetros de la colonia y aún no se veía rastro de naves rebeldes, no había defensa en la estación. El espacio estaba calmado, muy calmado. Pronto una lluvia de láser le empezaron a llegar al Kírov
-¡Mierda!, nos han emboscado, ¿¡cómo supieron!? Todos a sus puestos, tenemos que proteger a la nave que lleva las bombas R.
El escudo del Kírov reflejaba todos los disparos de las naves enemigas. Lo único que era capaz de hacerle daño al Kírov era el fuego muy concentrado o un ataque de gran potencia, sin embargo, la nave que custodiaban no tenía esa capacidad de resistencia.
-Capitán Minemann, hemos detectados de dónde vienen los impactos más fuertes.
-Bien, ¡apúntenle con nuestros cañones de rayos Alfa!
-Entendido Capitán. Todos a sus posiciones.
El colosal crucero se puso en dirección a la nave de Nexus y disparó con los cañones de rayos tipo alfa, en un segundo la nave explotó, eso les daría tiempo para poder limpiar el perímetro en la colonia, sin embargo, ya no podrían ocupar nuevamente el rayo hasta que lo volvieran a cargar, lo cual iba a demorar bastante.
Una trasmisión llegó al Kírov, era el Capitán de la nave que custodiaban.
-Capitán Minemann procedemos a bombardear el lugar, prepárese para desembarcar.
La nave tiró las bombas, hubo un gran destello y un gran sonido que no pudo propagarse, la bomba abrió un agujero en la colonia por el cual los soldados del Dominio podrían entrar. Tenían que actuar rápido, era cuestión de tiempo para que llegara la innumerable flota de Nexus, o para que los cañones anti-naves se activaran.

**********
La nave tipo Espectro estaba yendo camuflado y a toda velocidad a la base rebelde. El piloto de la nave anunció que pronto iban a entrar al conducto de desechos de la estación espacial.
La gracia de la naves tipo Espectro era su gran velocidad, se podían camuflar y servían de submarino (cosa que no era de gran utilidad ahora), sin embargo, no tenían un armamento de gran potencia. Los agentes de elite alistaron su rifle y se prepararon mentalmente para la misión, tenían que estar concentrados, no se podían permitir realizar ningún tipo de error, la batalla que se llevaría a cabo en la otra parte de la colonia era solo una distracción, lo importante se jugaba en su labor. La nave estaba en el conducto, ahí se detuvo y dejó a los agentes. Como la colonia había sido del Dominio, los agentes habían podido revisar los planos más de una vez, por ende la conocían bien, y sabían los puntos débiles de esta. En la entrada de los desechos habían dos hombres custodiando, la puerta se abrió y rápidamente un agente acuchilló a un hombre y seguido de eso le disparó al otro, sin embargo, uno de los guardias había alcanzado a avisar de su presencia, el perímetro estaba limpio, pero los rebeldes sabían que estaban ahí. Los tres agentes avanzaron rápidamente, el camino se dividía en dos, decidieron tomar el que llevaba a una sala de control, si lograban destruirla montarían suficiente disturbio para que su próximo blanco fuera fácil.

**********

Gracias a la bomba R, los rebeldes habían quedado confusos, en esos segundos el Kírov logró dejar a todos los soldados en la colonia. La batalla era un tanto particular, ya que los hombres del Dominio tenían que usar un traje porque al haber un agujero tan grande en ese lugar de la estación se había escapado todo el aire (el agujero se ubicaba en una gran sala que servía de estacionamiento para algunas naves pequeñas), lo cual no solo dificultaba las maniobras, sino que hacia que se estableciera un tiempo máximo de batalla, ya que los tanques de oxígeno no eran infinitos, su única opción era avanzar rápido hasta estar en otra sala de la colonia.
El campo de batalla era una constante lluvia de disparo, la gente del Dominio que quedaba herida era dejada debido a la imposibilidad de llevarlas al Kírov. Los soldados del Dominio empezaban a perder territorio. Los rebeldes estaban ganando, si el crucero de Álticus no llegaba pronto, sería el fin de las tropas del Dominio.
Un grupo de soldados intentó comunicarse con el Capitán del Kírov.
-Capitán Minemann, ¡si no nos empieza a dar apoyo, esto se convertirá en una masacre!
-No es tan fácil chico, si va el Kírov solo sería un suicido, la base tiene un rayo que atravesaría el escudo y luego nos harían pedazos, necesitamos el apoyo de la nave de Urbis.
-Apúrense, es cuestión de segundos para que, no puede ser… -El soldado no pudo terminar la oración y se escuchó un grito.
-¡¿Qué pasó chico?!. Mierda, perdimos la comunicación.
Del cielo se empezó a distinguir una luz, no podían ser las naves de Nexus, ya que no tenían ningún artefacto que proyectara tanta luz. Y no lo eran, era el Sanactorium, la nave de Álticus. Una nave legendaria. Supuestamente era muy bien conocida por toda la periferia, Álticus la había ganado en una apuesta y ahora se la prestaba al General Frank. Aunque era considerablemente más chica que el Kírov, su armamento era muy potente y ligero, lo que hacía que la nave fuera rápida y poderosa a la vez.
La luz que habían visto los soldados no era una luz normal, era un rayo gamma que había emitido el Sanactorium, este destruyó la defensa anti-naves de la estación espacial. La esperanza volvió a surgir entre los soldados del Dominio. Pronto la batalla empezaba a resolverse a favor del Dominio, al haber bajado el Kírov y el Sanactorium, lograban detener los intentos de avanzar de los Rebeldes. Rápidamente los soldados de la Tierra lograron llegar al próximo salón de la colonia, lo que significaba solamente una cosa: Ya no había nada que los rebeldes pudieran hacer para detenerlos.

**********

Los agentes de elite llegaron a una de las salas de control. Dos guardias que los vieron les pidieron la autorización, uno de los agentes los mató con su rifle. Pusieron las bombas en los lugares estratégicos y salieron, no antes de que le dispararan en la cabeza a uno de los agentes. El hombre que le había disparado al agente del Dominio les gritó.
-Paren ahora mismo o los mato a ustedes también.
Los agentes se miraron, luego uno miró con precisión al agente rebelde, y en menos de un segundo sacó su pistola y disparó, pero era muy tarde, el rebelde le había lanzado un cuchillo que le había cortado la garganta, y había esquivado su disparo, no obstante, el otro agente del Dominio logró escapar y activó la bomba. El lugar se hizo llamas por la explosión.
El agente del Dominio corría a la sala de maquinarias, una bomba ahí y haría suficientes explosiones para destruir gran parte de la base, sin embargo, aún necesitaba destruir el hangar. Llegó a la sala de maquinaria, puso las bombas, se fue rápidamente y las hizo detonar. Le quedaba una bomba, tenía que llegar rápido al hangar.
Cuando ya estaba en la puerta del hangar, vio a muchos soldados rebeldes, nunca lograría matarlos a todos. Tomó la bomba y la tiró adentro, como la había puesto en modo mecánico, la bomba al tocar el suelo explotaría, no podría escapar, pero habría cumplido su objetivo. Su último acto fue comunicarse con el Capitán Minemann.
-Capitán, hangar destruido. Reporte de bajas; todos los agentes de elite muertos.
-¿Qué? –dijo el Capitán sin entender lo que pasaba.
Luego el Capitán escuchó una explosión y se cortó la comunicación. Logró entender que se había sacrificado. La misión estaba lista, habían hecho suficientes problemas para que la base rebelde quedara “destruida” y sin abastecimiento de armas, y al mismo tiempo no se destruyera la colonia. Aunque las colonias eran quizás las cosas más indestructible de la galaxia creadas artificialmente, tenían una debilidad, bombardear su núcleo.
El Capitán Minemann se comunicó con Frank para comentarle que la misión había terminado, y que tenían que marcharse lo antes posible de ahí.
-General Frank. Cúbranos mientras buscamos a nuestros soldados, las lecturas dicen que vienen las naves de Nexus, así que será mejor irnos, dudo que los rebeldes sigan ocupando la colonia en su actual estado.
El Kírov perdió altura y fue a buscar a los soldados. Cuando las naves estaban retirándose, se logró visualizar a casi toda la flota de Nexus -aunque el Dominio tuviera las naves más poderosas, las de Nexus no tenían mucho que envidiarle y su flota era muchas más grande, casi el doble-.

**********

-Quiero saber por qué se tardaron tanto.
-Lo siento, Señor.
-Perdimos montones de armas y una posición estratégica, ¿Sabes cual es el castigo de eso?
-No lo sé, Señor.
La persona de mayor autoridad le disparó en la cabeza y le voló los sesos al Capitán con que estaba hablando, mientras eso ocurría, entraba al cuarto el agente rebelde que había matado a los soldados de elite del Dominio, había logrado evadir la explosión, al ver la acción del –seguramente- comandante, tomó su cuchillo y se lo enterró en la espalda.
-Por qué mataste a esa persona inocente. Esta revolución es para liberarnos, no para matar por diversión, y la traición se paga con la vida.
-Qué mierda te ocurre a ti, Jason, por qué me enterraste un cuchillo -gruñó el Comandante
El Comandante estaba tirado en el piso sangrando, no podía levantarse, Jason Cohen era un General Rebelde, su padre era un Xarumano y su madre una mujer de Nexus, tenía habilidades inigualables en la pelea.
-Comandante, le pido que me responda, por favor.
-Por favor, procede a callarte, no es de tu…
Había pronunciado las palabras lento con un tono agonizante, pero no pudo terminar la oración porque había muerto. Jason lo miró con despreció, luego vio al Capitán que había sido asesinado injustamente. Aunque él creía necesario terminar con el régimen comunista, repudiaba la guerra entre “hermanos”, significaban miles de muertes innecesarias, no obstante, creía que las muertes de las personas que estaban en contra de la libertad –o su concepto de libertad- tenían que efectuarse (como los partidarios del régimen comunista).
Jason era el hombre detrás de toda la facción rebelde, era él quien había ayudado a Smith a lograr tener poder en Nexus, sin él quizás nada habría sido posible. En gran medida, fue gracias a Jason que el Presidente Roosevelt había ganado las elecciones y que Smith pudiera lograr propagarse en la Tierra.
Jason estaba en su nave, se dirigió a Nexus. El General era joven, tenía unos 27 años, pelo rubio y ojos azules, no era tan alto y era bastante musculoso. Desde chico había sobresalido en las artes marciales, y cuando se unió al ejército era el mejor soldado. En pocas palabras era una máquina para matar, no obstante, tenía un corazón de “justicia”. Su apoyo al capitalismo se debía a que cuando era muy chico, el Estado enfrentó una crisis gran económica, debido a eso, hubieron grandes huelgas en las calles, y el gobierno mató a todos los involucrados en ella y a todos los que estuvieran relacionados con las personas que organizaron la huelga, aunque cuando efectuaron la masacre mataron a mucha gente inocente, incluyendo a la hermana chica y la madre de Jason. Nunca perdonó lo que hizo el Estado.
-Smith, acá Cohen, no hemos podido salvar la colonia, lo siento.
-Mmmm, ¿cuáles fueron las bajas?
-Lamentablemente, muchos murieron.
-Bueno, no importa tanto, los guerrilleros que se encuentran en el Dominio ya tienen suficientes armas, compañero, te espero en Nexus.
Jason ignoró el comentario de Smith, no esperaba que sintiera pesar por las muertes de las demás personas.

Leo y opino

Pd: Ley el primer capitulo, me da la sensación de que leo muy demasiado rápido o quizas el estilo de redacción que tienes es muy acelerado, quizás daría un poco mas de sentido de profundidad dar mas toques de explicación a la escena o introspección en los personajes. Mi opinión va como lector fanático de CF no como alguien que sepa de morfologia del lenguaje.

saludos
Primero: Te felicito, hoy en día muy pocos escriben y que te lanzes a la piscina es aplaudible siempre.

ya que nos pides opiniones, no profundizaré en nada salvo en un punto primordial:

"Luke"?... really?... la primera palabra en tu libro de ciencia ficción es "Luke"?...Skywalker?

Hombre, considera cambiar el nombre... de entrada partes perdiendo puntos a raudales, desde el prejuicio temático que uno adquiere hasta el punto en que al leer uno coloca: cara, voz y actitud al personaje y condicionas todo a colocar a este pelmazo en tu historia:

[Imagen: 29cd25180e726312f42f5571cbc73bfb.jpeg]

Ese nombre es un ícono universal demasiado grande (para muchos "patético") como para pasarlo por alto.

Es como si escribieras la historia de un músico inglés megafamoso que cambió la historia de la música llamado "Lennon", pero que no es John Lennon.
opino lo mismo que hamster, Cuando lei lo que pusiste pense: "ciencia ficción interplanetaria, hace alegoria a la guerra fría... este quiere hacer star wars de nuevo...(que hace alegoría mas a la segunda guerra mundial si no me equivoco...)" y despues lei "luke" y me salio un Zippy enorme ajajajajajaj bueno, yo creo que el "luke" tiene que ser cambiado si o si, y ponle huevos no mas ajajajjajaja
saludos
Me gusta. Opino que al tener harto tecnicismo diplomático y político y esas cosas, tiene que ser así de vertiginosa la lectura o si no se vuelve latera, onda Episodio x de x saga.
OT: Sheldon, en homenaje a Sheldon Cooper??
Jajaja, no sabía eso de Star Wars, y nunca me pasó eso con el nombre Luke jaja, pero creo que lo mejor será cambiarlo.
y Sheldon no es por Sheldon cooper jaja, es porque soy fanático desde chico de Isaac Asimov, y la primera vez que leí preludio de la fundación pensaba que el personaje se llamaba Hari Sheldon, por eso le puse así al General jaja

Saludos!
Jaja, OK.
Quizás lo que te decimos es porque parece una historia bastante seria y con una raiz densa, osea nada light, y por eso mismo deberías alejarte de esos pequeños clichés que pueden ser muy distractores y tomarse como poco serios. Aparte que los fans de starwars, lo son también de The Big bang theory.


Que te vaya bien.
(2014-03-04,23:09)mongrel escribió: [ -> ]Jaja, OK.
Quizás lo que te decimos es porque parece una historia bastante seria y con una raiz densa, osea nada light, y por eso mismo deberías alejarte de esos pequeños clichés que pueden ser muy distractores y tomarse como poco serios. Aparte que los fans de starwars, lo son también de The Big bang theory.


Que te vaya bien.

Sip, eso es correcto, alejate de nombres que recuerden trabajos consagrados, el lector debe ponerle cara a tus personajes y con los nombres condicionas a buscar caras que ya tienen un sitial en la cultura pop.
Se me hace una cruza entre Legend of Galactic Heroes y Mobile Suit Gundam :p
General Sheldon Cooper
Presidente Luke Skywalker

Esos nombres pafuera. Cualquier tipo que consuma CF de inmediato asociará los nombres.

El resto bien. Un detalle: o es "Señor Presidente" o "presidente Lósif". No ambas mezcladas, sino suena a tarzán.
(2014-03-07,18:11)maniakoo escribió: [ -> ]General Sheldon Cooper
Presidente Luke Skywalker

Esos nombres pafuera. Cualquier tipo que consuma CF de inmediato asociará los nombres.

El resto bien. Un detalle: o es "Señor Presidente" o "presidente Lósif". No ambas mezcladas, sino suena a tarzán.
Zippy
Gracias a todos!
Los nombres se fueron no mah!

Cambié el nombre del general a Frank (que yo sepa no hay ningún frank muy conocido en alguna obra de CF) y el del presidente a Alan

Saludos!

PD: ahora, según la RAE, éste ya no lleva tilde, ¿o no?
Ana Frank

Zippy
Acá dejo el capítulo V porque no me cabe en el otro mensaje Zippy

CAPÍTULO 5
Spoiler:

Las noticias de la victoria llegaron rápidamente a todas partes del Dominio. De a poco se iban acabando los levantamientos armados en la Tierra, sin embargo, todavía no se podía ganar la lucha ideológica. Se hacían muchas conferencias clandestinas en donde exponían grandes intelectuales, los cuales hacían reflexiones sobre ambos sistemas. Pensar es la arma más poderosa y la más temida. El capitalismo había sido tan manoseado por las personas, que ya se había dividido en 2 ramas: El de Nexus -que era considerado el capitalismo extremo- y el capitalismo moderado, este último hablaba de una participación del Estado pero instaurando el mercado y apoyando la iniciativa de que se creara una industria privada, también se oponía a la instauración del modelo vía la revolución armada, por ahora eran solamente ideas pacíficas.
Se hizo una reunión corta en un pequeño edificio debido a que llegaban los héroes de la batalla. Se reunieron en una sala más chica que la de costumbre, en ella todos se sentaron en unos elegantes asientos de cuero, había una gran mesa que ocupaba la mayor parte del espacio en el lugar, habían dos grandes ventanas por las cuales se podía ver un paisaje muy agradable a la vista. Durante los primeros minutos, mientras la gente iba llegando, los invitados hablaban entre sí, hasta que los murmullos cesaron debido a que ya habían llegado todos. El primero en hablar fue el Presidente Luke, todos escucharon atentamente y silenciosamente las palabras del Ejecutivo.
-Muy buenos días, felicitaciones a todos los que estuvieron involucrados en la misión, fue un total éxito. Hay una cosa muy importante que tengo que anunciar: La Doctrina Truman ya se ha puesto en marcha, hace poco enviamos a Pedro Montalva a Xar´um, ahí hablará con el gobierno del planeta para lograr formar una alianza con nosotros, y además, no tan vital pero si importante, tratará de traer a una fugitiva del Dominio. Recuerden que si logramos contar con el apoyo de Xar, paulatinamente empezaremos a tener apoyo de otros planetas.
Se escuchó un pequeño murmuro de todos después de que terminó de hablar el Presidente, seguido por señas de aprobación a lo expuesto. Luego el General Frank tomó la palabra para hablar de un tema totalmente distinto.
-Señor, si me permite, como General, hablando de la batalla y de las próximas que vendrán, creo que deberíamos tener mucho cuidado, aunque el Sanactorium es una nave increíble, con una gran potencia, la flota de Nexus es realmente numerosa, de hecho, cuando nos íbamos logramos visualizar parte de ella, y estoy seguro que ni siquiera era la mitad del total, y no los podemos subestimar, no podemos confiar en que podemos ganar sin táctica.
-General, estoy seguro de que ya veremos eso cuando hablemos de las próximas misiones armadas, no obstante, hay algo que me preocupa, ¿dónde esta Álticus Dion? –Dijo el ministro Frunze, interrumpiendo al General Frank.
-Se fue a Urbis a ver sus negocios, nos dijo que no los podía dejar solos por tanto tiempo, pero que él vendría cuando la situación fuera complicada –Respondió el General Frank.
Todos los hombres se despidieron cordialmente, dando conclusión a la breve reunión.

**********

-Señorita, ¿cuánto falta para llegar a Xar´um? –Dijo Pedro, luego de bostezar durante unos segundos.
-No debería faltar mucho, Señor. ¿Desea algo para beber o comer?
Pedro hizo una seña con su mano de que no quería nada. Los viajes interestelares siempre le resultaban muy tediosos. Se suponía que él era un diplomático de la Tierra, no uno interestelar, no tenía nada que hacer ahí en el espacio. El único planeta –sin contar el Dominio- del cual tenía información era Nexus y nunca había viajado a él. Para peor, ni siquiera conocía la situación actual de Xar´um, ni como era el lugar en aspectos físicos, lo único que sabía del planeta era su lengua –que había que tenido que aprender por su carrera-, pero lamentablemente las órdenes del Presidente no podían ser evitadas,.
El viaje se le había hecho muy largo y demasiado aburrido, el espacio era muy monótono, en el trayecto no había nada interesante que ver, solo una eterna monotonía de vació, no obstante, de repente se podían visualizar alguna que otra estrella o planeta, pero eran muy pocas las veces que eso pasaba. Por esas razones era que Pedro no podía entender por qué las naves comerciales interestelares no podían hacer saltos tan grandes como las naves de batallas (aunque también desconocía todo lo que era necesario para hacer ese tipo de saltos intergalácticos). Pedro dejó de pensar y se durmió, parecía la mejor opción.
Una luz anunció que estaban próximo al aterrizaje. Pedro contempló Xar´um: un planeta de lo más particular, el cielo era color dorado, no tenía nada en común con el celeste de la Tierra. En Xar no habían nubes en los cielos. El cielo del planeta se veía como un horizonte radiante. Como el planeta estaba hecho de gases, las ciudades estaban volando en los cielos, abajo, en el fondo, uno podía ver que estaba lleno de nubes doradas.
Un lugar muy particular del planeta eran las llamadas Cuevas de Trabajo que se encontraban en lugares apartados de las ciudades, era ahí donde se trabajaba con todo tipo de elementos y se creaban nuevas artefactos. Las cuevas no eran precisamente cuevas, sino que eran instalaciones gigantescas, cada una separada de la otra por unos rieles muy largos.
Cuando Pedro llegó habían muchos guardias revisando a la gente, ya que como Xar´um se consideraba neutro no quería que se presentaran asesinos, agentes o cualquier persona que tuviera relación con el gobierno de Nexus o del Dominio en su planeta.
-Su identificación, señor –le ordenó un Guardia a Pedro, la voz había sido cortante.
La voz de los Xarumanos eran voces muy armonizadoras. La figura era parecida a la de un humanoide, solo que era más grande, su tez de piel era un azul suave y sus ojos parecían dos bolas de fuego. Se veían mucho más fuerte que un ser humano, y efectivamente, así era.
Pedro no era partidario de dar identificaciones, lo encontraba tedioso e innecesario pero la verdadera razón de por qué no quería dar su identificación era debido a que no podía decir quién era ya que, efectivamente, era un funcionario del gobierno del Dominio.
-Soy Pedro Montalva, soy un ingeniero del Dominio, que debido a la inestabilidad del planeta, quiere buscar trabajo acá. Lamentablemente, no puedo decirle o darle cualquier otra cosa, porque mis documentos me han sido robados.
El Guardia le pareció extraña esa situación, e hizo lo que el protocolo le pedía que hiciera: Llamó a seguridad para que se lo llevaran. Cuando estaba en el transporte, el guardia que le había preguntado por su identificación le volvió a hablar.
-¿Alguien que conozca en este planeta o por lo menos, que sepa quién es usted?
-Antonia Donoso, ella sabe quien soy…o eso se supone –Dijo Pedro aunque su voz había hecho notar que no estaba muy seguro de lo que había dicho.
Antonia llegó apurada donde estaba encerrado Pedro. Antonia tenía la piel de color blanca, ojos café y pelo castaño, no era tan alta, y su cara demostraba una actitud acogedora. Antonia tuvo que explicar quién era Pedro, a qué venia, y todo ese tipo de cuestiones, cosa que disgustó totalmente a Antonia, aparte, ella no sabía nada de Pedro y tuvo que inventar toda su vida, cosa que probablemente podía poner en aprietos a Pedro, o a ella misma. También debía tener cuidado ya que por la guerra las relaciones estaban muy estrechas. Cuando salieron, Pedro estaba un poco avergonzado por su actitud, aunque encontraba graciosa la situación y soltó una risa nerviosa, durante un momento se produjo un silencio incomodo.
-¿Eres del Dominio? Porque tienes toda la pinta de serlo –Dijo la mujer.
-Si lo soy, nací en la delimitación de Antigua Chile, ¿de dónde eres tú?
-También soy del Dominio, viví toda mi vida allá hasta que decidí mudarme a este maravilloso planeta, eso si, mis padres son de Nexus –Cuando dijo las últimas palabras bostezó, luego siguió –¿Tienes dónde dormir?
-No –respondió sinceramente Pedro.
-Entonces ven a mi morada –Antonia soltó una pequeña carcajada y sonrió –Ahí podrás hacer lo que viniste a hacer.
Pedro había quedado satisfecho, aunque el viaje había sido horrible, él creía que su compañía lo iba a ser mucho más, sin embargo, era todo lo contrarío, Antonia era una mujer joven, incluso a simple vista se podía decir que era bastante años más joven que él, y amable, que a pesar de estar trabajando encontraba un lugar para bromear.
Mientras iban yendo a la casa de Antonia, Pedro también vio casas parecidas a las terrestres y de muchas formas más, era fantástico, siempre había pensado que las casas y edificios eran estructuras universales que se encontraban en todos los planetas, pero acá no era así. La casa de Antonia quedaba en los suburbios de la ciudad en que se encontraban. Los barrios más importante y tradicionales estaban en la ciudad misma, tenían sus ventajas como por ejemplo que la mayoría de los lugares importante estaban cerca, pero Antonia prefería estar lo más alejada posible del centro. La casa de Antonia tenía figura de iglú y su material de construcción parecía como roble blanco. Era chica, tenía solo dos piezas, una cocina y un baño, la entrada, de la casa que vendría siendo el lobby, daba a los cuatro cuartos.
Al llegar, lo primero que hizo Pedro fue ir a darse un baño corto, luego fue a su pieza, ahí revisó todos sus “papers” acerca Xar´um, del gobierno que estaba actualmente, de los problemas actuales que enfrentaba y otras cosas. Antonia lo interrumpió.
-Si quieres información del planeta me la puedes preguntar, no soy experta pero algo sé.
Pedro la miró fijamente, su belleza lo entorpecía, pero logró articular una pregunta.
-¿Por qué Xar´um no nos apoyó, y por qué sigue sin apoyarnos?…y, demonios, si estás trabajando acá desde hace mucho tiempo, ¿cómo eres tan joven?
La última pregunta le hizo mucha gracia a Antonia y se sonrojó un poco.
-Xar ha querido mantenerse al borde del asunto, ya que teme de que si se involucra, las ideas capitalistas llegaran acá y frenarán los avances culturales que hemos logrado, no sé si los sabes, pero acá lo que mueve a la gente son los avances culturales y tecnológicos, el modelo comunista es relativamente débil acá, debido a que no es de interés público las cosas económicas-sociales. Acerca de por qué me veo tan joven, es debido a que la gravedad en Xar es distinta a la de la tierra, yo tengo una edad parecida a la tuya, no obstante me veo mucho más joven.
Pedro había llegado a Xar´um sin saber nada de nada, no sabía ni en que fecha del calendario Xarumano se encontraban, ni quién estaba gobernando, ni datos mas prácticos como que la gravedad era distinta , no sabía absolutamente nada.
Ahora era el turno de Antonia de preguntarle a Pedro.
-Me imagino que no puedes decir quién eres a la guardia planetaria, pero, ¿por qué no hiciste una identificación falsa?
-El Presidente Alan pensó que sería muy arriesgado, preferí crear una excusa para así no entregar mis documentos.
-¿El Presidente Alan?
-Él fue quien me envió, se supone que sabías –Dijo lentamente Pedro un tanto extrañado
-No, de hecho, ni si quiera sé quién eres tú, pero por sentido común me imagino que eres un agente del Domino. ¿Qué le vas a decir al comisionado por lo ocurrido?
-Que hemos sabido de que existen intenciones de Nexus de invadir a los Tres.
-¿Cuánto hay de cierto en eso? –Dijo Antonia luego de reírse despacio.
-Bastante, o por lo menos eso me han informado a mí, al parecer tanto como nosotros, como Nexus, estamos en una competencia por quién “domina” más, y Mort, Zaar y Xar´um están en el primer plano.
-Entonces eres un diplomático, nunca creí que iba ayudar a un diplomático del Dominio –Dijo Antonia.
Antonia quedó estupefacta. No encontraba ningún problema con que la gente tuviera distintas opiniones, es más, creía que era bueno ya que lograba generar más y distintas culturas, pero llegar a matar por las convicciones de uno era totalmente innecesario. Ella creía que las ideas tenían que convivir, sin importar lo antagónica que fueran éstas.
Pedro pensó que quizás debía hablar con el Presidente Luke, después de todo, Antonia no era su anfitriona, ella desconocía totalmente su misión, pero en verdad, lo mejor sería obedecer las órdenes al pie de la letra. También tenía que descansar, mañana sería un día difícil, tenía una reunión con el comité de gobierno, tenía que ser muy cauteloso con lo que ocurriría ahí, ya que eso definiría el asunto.
Pedro se despertó temprano. Xar´um nunca estaba nublado, y siempre se veía el inmenso sol. Ese día se veía el sol en todo su resplandor, estaba más radiante que nunca. Era un calor abrasador, aunque debido a los componentes de los gases de Xar´um, el clima era regulado. Pedro estaba preparando su discurso mentalmente, aunque todavía quedaba algo de tiempo, tenía que estar más que preparado.
Pedro se bañó y se preparó para ir al comisionado, Antonia no podía acompañarlo en la conferencia, pero lo podía acompañar hasta la entrada del palacio –por cosas practicas, ya que era la primera vez de Pedro en Xar y este no sabía como llegar-.
El transporte los esperaba afuera de la casa de Antonia. Los transportes eran como teleféricos, iban por rieles que conectaban toda la ciudad de Xar´um. El viaje fue largo y silencioso. En la entrada del palacio habían unos cuantos guardias, Pedro le mostró la citación con el comité y lo dejaron pasar.
El salón donde estaban los Ancianos –estos eran la gente del comité-, era un cuarto redondo, dónde en una parte de la circunferencia habían tres puestos a gran altura. El alto del lugar parecía no tener fin. Estaba decorada con signos que eran desconocidos para Pedro, y todo era de color dorado. El Anciano que estaba en el puesto de al medio habló. Su voz parecía ser cantada, y sonaba en un suave registro soprano.
-Pedro Montalva, ingeniero del Dominio….¿Supongo qué no es cierto?
-No totalmente incierto, mi nombre es Pedro, pero no soy ingeniero, soy sociólogo.
-¿Y qué hace en Xar?
-También soy un diplomático, y les vengo a advertir sobre una catástrofe.
-Dos preguntas, ¿Por qué necesitaba venir un hombre de la Tierra para avisarnos de un problema? ¿Y porque mintió sobre su profesión a la entrada de nuestro planeta?
-Porque soy uno de los hombres de más confianza del Presidente Alan Lósif, y él no cree que un asunto así se tenga que tratar por vías de comunicación ya que podría resultar peligroso, acerca lo segundo, si hubiera dicho que soy un diplomático del Dominio me habrían enviado a mi planeta y no hubiera podido hablar con ustedes.
El Anciano que estaba en el puesto de la derecha habló, su voz era más aguda que el anterior.
-¿Usted sabe cuál es nuestra posición en su asunto?
-Han decidido ser neutros y no hacer nada frente a las cosas que están pasando.
-¿Entonces qué hace creer que los ayudaremos?
-Nunca he mencionado que nos van a ayudar. Vine a advertir, ustedes serán los que tomarán la opción de ayudarnos o no ayudarnos.
-¿Y cuál sería la advertencia?
-Que ustedes están en la mira para ser dominados por Nexus.
-Los haríamos pedazos, no son ninguna amenaza.
-No dudo que sus cruceros sean poderosos, ¿pero ha visto lo numerosa que es toda la flota de Nexus?
El anciano sabía que Pedro tenía razón, y se quedó en pensativo durante unos segundos, sin decir absolutamente nada.
-Nexus no duda en atacar a los Tres con un ataque de gran escala, cree que si logra convertir a los Tres en planetas capitalistas, planetas más chicos empezaran a caer solos en el régimen capitalista y luego tendrán un verdadero imperio.
El Anciano que estaba en el puesto de la izquierda habló, su voz era muy grave y parecía que retumbaba todo el lugar.
-¿Y ustedes Terrícolas, qué creen?
-Creemos lo mismo. Si más planetas caen en nuestra influencia otros planetas también caerán.
-¿Y qué sugiere hacer?
-Como opinión personal, creo con que la flota del Dominio y de los Tres lograríamos hacerle frente a los capitalistas de Nexus.
El Anciano que estaba en el puesto de al medio volvió a hablar.
-La decisión se la diremos directamente a su Presidente. Muchas gracias por esta pequeña conversación, una última cosa, usted queda arrestado por falsificación de documentos.
Pedro sabía que lo más probable fuera que se le investigara luego del incidente con la policía local, así que había venido preparado. Pedro sacó algo de su bolsillo y lo tiró al suelo, provocó grandes cantidades de humo y sonido muy fuerte, era cosa de segundo para que llegaran los guardias, quizás ahí podría escapar. Los guardias no tardaron en llegar, apenas Pedro se dio cuenta de que habían abierto las puertas, salió, tenía la ventaja de que el salón estaba lleno de humo y nadie veía nada.
Antonia estaba preocupada, había escuchado una explosión donde estaba Pedro, cuando vio a este salir corriendo a fuera del palacio, fue hacia él. Tenía que saber qué había pasado.
-Pedro, ¿¡Por qué corremos!?
-Tenemos que salir de acá, en la cueva A me está esperando. ¿Sabes cómo llegar allá?
-Sí, no nos tardaremos mucho, te lo aseguro.
Tomaron el transporte que los llevaba a la estación. La estación era un lugar gigantesco donde se tomaba una especie de plataforma a las cuevas, era realmente grande y habían 4 plataformas -que debían ser para 60 personas cada una-. Usualmente no había nadie en esperando las plataformas, y ese día no era la excepción. Tomaron la plataformas solos. Se sentaron en el suelo.
-Pedro, ¿Por qué se supone que tenemos tanta prisa?
-Señorita Antonia Donoso, usted volverá al Dominio.
-¿Perdón?
-Necesito una copiloto y no puedo quedarme más acá, ya que bajo las normas de Xar´um estoy arrestado.
-¿Pero no dijiste qué una nave te iba a estar esperando?
-Exacto, pero no tiene piloto.
-¿Y usted sabe manejar naves estelares?, ¡oh Dios! –Dijo desesperada Antonia, la noticia no le gustaba nada.
-Algo me enseñó el General del Dominio. Solo le puedo asegurar es que llegaremos sanos y salvos al Dominio –dijo calmadamente Pedro, luego le sonrió a Antonia, pero ella solo desvió la mirada.
Pedro estaba calmado, aunque no era novedad ya que siempre lo estaba. Tenía la esperanza de que la nave fuera fácil de pilotear. Nunca había pensado que iba a estar en una situación así, detestaba volar interestelarmente, y tener que manejar la nave convertía el viaje en algo mucho peor. Antonia por su parte estaba sorprendida, iba a volver al Domino. No quería volver, su vida estaba en Xar´um, La Tierra ya no era nada para ella.
El viaje no había sido como lo esperaba Pedro, aunque era una nave antigua de Xar que debía de haber estado en ese lugar muchos años, la nave era muy tecnológica y prácticamente se manejaba sola. La mentira del copiloto había sido buena para engañarlo y traer a su acompañante al Dominio. Antonia aprovechó la instancia del viaje para hablar con Pedro, quizás en esa situación tendría la libertad para decir más cosas.
-Pedro, ¿Por qué no te cortas el pelo o te afeitas?
La voz de Antonia –por primera vez- tenía un timbre melancólico, lleno de tristeza.
-La verdad es que no lo sé, quizás porque me gusta como se ve. Y tú, Antonia, ¿Por qué estás tan triste?
-¿Dejar mi hogar no es suficiente razón?
-Pero tu hogar es el Dominio.
-Pedro, tu hogar no es donde naciste, es donde esta tu familia y amigos, quizás no tenía de lo primero allá, pero tenía amigos, y me sentía querida por la ciudad de Xar.
-Quizás tengas razón, pero aparte de eso, noto otra cosa en ti, tienes una inquietud.
-Sí, ahora que voy a el Dominio me acordé de ciertas cosas que escuché. ¿Es verdad los rumores del Dominio?, ¿Es verdad que toman niños inocentes y los matan porque se necesita un estándar demográfico para que todo funcione?
-No lo sé, creo que se dejó de hacer, pero lamentablemente se hizo en alguna parte de nuestra historia, pero se supone que no se hacía porque sí, aunque eso no quita lo desagradable que debía haber sido. En uno de los textos se justificaba eso con esta frase “Se tienen que arriesgar vidas para que el resto viva bien”.
-Todo funciona, nada daña al modelo.
-Así es, todo esta en orden, de eso se encarga el Estado.
-Pedro, nunca has pensado acerca de eso, acerca del que “todo funciona”.
-No veo que es lo que hay que reflexionar.
Quizás porque Antonia había vivido mucho tiempo en Xar, donde el comunismo no se vivía tan fuerte, y más que nada se vivía en función para el desarrollo de la cultura y la identidad, le intrigaba la frase “todo funciona”, le tenía que preguntar a Pedro sobre eso, seguramente esta iba ser su única oportunidad.
-Pedro, ¿no ves por qué se produjo esta guerra?
Pedro quedó un tanto asombrado.
-Lo creo saber mejor que tú –dijo tajantemente Pedro
-Pedro, es cosa de ver el estancamiento de avances tecnológicos del Dominio, todo el conocimiento que se ha ocultado, todas las cosas que podríamos descubrir son impedidas porque pueden atentar al orden “armónico” del régimen, es eso lo que nos va a destruir. ¡Pedro abre los ojos!, la ambición de que todo funcione a cualquier costo va a destruir al corazón del ser humano, lo que realmente importa, ¡nuestra cultura, nuestra identidad!
-¿¡Pero qué cosas estás hablando!?
-No apoyo al capitalismo de Nexus, pero creo que la ambición del que todo funcione y que el modelo perfecto va a autodestruir al ser humano. La frase ha olvidado que las personas evolucionamos, y necesitamos desarrollar siempre algo más perfecto, algo que responda a nuestra propia evolución pero ustedes se han entrampado tratando de que nada dañe a el modelo, y si algo lo daña –o lo puede dañar-, tiene que ser destruido. No sé si el capitalismo traerá la solución, pero no podemos seguir disfrazando nuestra felicidad en el “todo funciona”.
Pedro comprendía sus palabras, no eran estúpidas, quizá revelaban la verdadera amenaza. Todo lo que estaba pasando era producido justamente porque el gobierno quería que todo funcionara con cualquier costo. Pero, ¿para quién funcionaba? El régimen mantenía un orden monótono, cualquier cosa que desequilibrara ese orden tenía que ser destruido. La guerra del Dominio contra Nexus también había sido creado por el régimen y su premisa, si nada hubiera “funcionado” el capitalismo no se habría visto como una fuerza antagónica armada, sino que solamente como la “otra vía”.
En la guerra nunca había un ganador, de todos los lados salían perdiendo. Antonia creía que la única forma de acabar con este problema era avanzado, buscando soluciones nuevas a todo problema que se presentara.
Todo era tan oscuro, la perdición era inminente y ya no había nada que se pudiera hacer para frenarlo. ¿Quién era el ganador? Lo más probable es que no lo hubiera.
-Pedro, la razón de porque se creó otro modelo antagónico al comunismo es porque alguien debió haber notado sus defectos que estaban cubiertos por una cortina. Te lo vuelvo a repetir, la ambición de que todo funcionara nos llevó a la perdición, y esa ambición fue producida por el régimen, eso es tan claro como el agua.
-Y tú dices que se necesita un avance…-pronunció Pedro lentamente mirando fijamente sus manos, parecía pensante.
-Lo más probable, pero no lo sé con certeza, quizás si fueran un poco más originales y abiertos de mente no pasaría esto, pero no estoy segura, lo único que en verdad tengo claro es que si se trabajara por probar nuevas formas de gobierno, nuevos sistemas y todo ese tipo de cosas quizás se hubiera llegado a un nivel de desarrollo más avanzado pero nos hemos estancado en el comunismo –Dijo vehemente Antonia, y luego, empezando otra idea empezó a hablar más despacio- Otra cosa que me molesta es su afán por trabajar en armas.
-Pero es necesario trabajar en eso, incluso antes de los levantamientos rebeldes habían relaciones estrechas por ahí, aunque también repugno la matanza y me encantaría que este afán por las armas no existiera, pero en la practica no es así.
-Dices que es necesario porque pueden presentarse guerras, yo creo que no deberían existir guerras.
-Pero eso es muy idealista, las guerras son un hecho y hay que adecuarse a ese hecho, por eso inventamos las armas.
-Es un hecho, pero un hecho inventado justamente por las ambiciones de las razas, y especialmente de los seres humanos.
El viaje llegaba a su fin, ya se habían producido todo los saltos y de a poco se iba visualizando la Tierra, una gran esfera de color azul y verde con grandes manchas blancas, era una vista bastante hermosa. El aterrizaje se hizo en delimitación de antigua Hungría, por alguna razón el Presidente se iba a reunir con Pedro y Antonia ahí.
Cuando bajaron de la nave, un hombre los guió a una casa. Al frente de la casa había un lago, hacía una brisa fresca, el sonido de los animales traía paz a la mente. Entraron a la casa, y en una mesa del comedor estaba el Presidente Alan y el General Frank.
El Presidente interrogó a la acompañante de Pedro.
-Señorita Antonia Donoso, hija de Lilith Ux, me puede refrescar la memoria y decir ¿Por qué se fue a Xar´um?
-Porque no me gusta el Dominio. –Replicó la mujer.
-Y porque tenías una sentencia de pena capital.
Pedro finalmente entendió para qué le habían pedido traer a Antonia. El Estado seguramente estaba buscando a las personas que dañaban –o dañaron- la reputación del Dominio, lo más probable era que Antonia había publicado algo en contra del Dominio, quizás había sido algo de menor grado, (porque si el General Frank supiera lo que había dicho Antonia a Pedro la habrían fusilado en poco tiempo) y se escapó a Xar´um. Pedro había traído a Antonia a su cálida muerte. No podía dejar que la mataran.
Pedro interrumpió la conversación del Presidente y su amiga.
-General Frank, creo que cualquier cosa que haya hecho la señorita Donoso es insignificante comparado con todo lo que me ayudo allá en Xar.
El Presidente no estaba de buen humor, al parecer algo malo había pasado.
-Pedro, no puedes meterte en asuntos gubernamentales. Aparte lo que hiciste o lo que ella hizo allá no es significativo, Xar´um ha postergado su respuesta, y lo más probable es que sea un rotundo no.
El General le dirigió nuevamente las palabras a Antonia.
-Te escoltaremos en unas cuantas horas. Pedro, necesitamos hablar contigo.
Antonia estaba desesperada, no podía creer que su vida terminaría así, quizás todavía había tiempo para advertir de la verdadera amenaza -o quizá decírselo a Pedro había sido suficiente, no, era imposible que él hubiera comprendido la verdadera amenaza en esas pocas palabras, era algo mucho más complejo-, pero si moría toda esperanza se habría apagado.
Después de que Pedro, el General y el Presidente dejaron la sala, Antonia quedó sola amarrada a una silla, paulatinamente escuchaba a un grupo de agentes caminando por el bosque, debían ser soldados del Domino custodiando el lugar. El ruido incrementaba lentamente, hasta que se escucharon ruidos de armas afuera de la cabaña. Un hombre abría la puerta de ésta, fue hacia Antonia y la desató.
-Supongo que no eres del Dominio –Dijo asustada Antonia.
-Nuestro jefe ansía verte –Respondió el hombre, sin tomar mayor importancia a la afirmación de la mujer.
Pedro justo logró visualizar como se llevaban a Antonia y los siguió con extrema cautela.
Los hombres la trajeron a un lugar adentrado en el bosque, seguramente, ese era un campamento rebelde, la llevaron a un hombre que estaba de espalda, este al escuchar los pasos de sus hombres habló.
-Antonia Donoso Ux, hace muchos años que no nos vemos.
-Pero esa voz es difícil de olvidar, al igual que olvidar cuando mi tío molestaba diciendo que su hijo era el mejor de la familia.
-Lamentable mi queridísimo padre: Fer Ux yace muerto desde hace mucho.
-Nunca supe qué le pasó.
-Fusilado por el Estado de Nexus cuando mataron a todos los Xarumanos del planeta.
-Y de ti, primo, solo he escuchado cosas sangrientas.
Un agente se acerco al jefe y le dijo:
-Señor Jason, encontramos a un hombre del Dominio.
-Pedro, ¿¡qué haces acá!? –Gritó Antonia de asombro al ver a Pedro.
Jason Cohen miró a su prima y le dijo.
-¿Conoces a este hombre?
-Un amigo, pero me imagino que tu sádica mente lo querrá matar antes que perdonarlo.
-Si es amigo de mi prima, me sentiría culpable al matarlo.
Los agentes rebeldes hicieron una fogata, y calentaron unos trozos de carne que habían conseguido al matar unos cuantos animales. Antonia, Pedro y Jason se sentaron juntos.
-Dime primo, ¿Por qué apoyas la matanza?
-No podemos seguir mintiéndonos, no podemos seguir sufriendo los malestares que luego son manipulados para parecer cosas normales, accidentes o
simplemente que no aparecen a los ojos de las personas normales, tenemos que avanzar hacia el progreso y el verdadero bienestar, y los comunistas no les gusta la verdad.
Antonia parecía un poco decepcionada por la respuesta de su primo, cuando chico siempre le encantaba que las cosas fueran justas, tenía el sueño de que toda la gente pudiera vivir bien, sin embargo, cuando creció le pasaron ciertas cosas.
-¿Cómo me encontraste? –preguntó Antonia.
-Eres la única persona de la familia que me queda, te he tenido en la vista siempre, por si te llegara a pasar algo, como ahora, llegar al Dominio fue relativamente fácil, engañamos a un comerciante de la Tierra y nos llevó hasta acá.
Pedro interrumpió, ya que estaba empezando a temer un poco de su destino.
-Jason, ¿Qué me van hacer?
-Mañana en la madrugada un agente te dejará en tu campamento. Luego yo me iré con Antonia a Nexus.
-¿No te importa que yo esté en el gabinete del Presidente, y esté encargado de una importante misión? Quizás matarme sería tu mejor opción.
-Mira, si insinúas que quieres morir, por mi esta bien, pero eres amigo de Antonia, agradece que eso te vuelve invulnerable.
Pedro no lograba comprender bien por qué Jason no lo mataba. Solo comprendía una cosa; Jason no era solo otro líder o caudillo menor de la facción rebelde y debía guardar montones de secretos importante. Debía, entonces, ser él el líder de los capitalistas, el Presidente de Nexus y Smith solo tenían que ser mascaras.
La noche fue cálida, Pedro no había podido dormir nada, estaba pensativo en que pasaría después, para pensar mejor empezó a hacer un poco de yoga. ¿Qué le diría al Presidente Luke?, cómo le explicaría que los rebeldes se habían llevado a Antonia y a él, para luego ir a dejarlo al campamento. Usaría la verdad, lo tendría que tratar aunque lo más sensato sería mentir. En la mañana los agentes lo dejaron cerca de la cabaña donde se había encontrado con el Presidente y el General. Cuando el General Frank lo vio no pudo disimular su cara de enojo hacía Pedro.
-Pedro, dime que no has ayudado a escapar a la señorita Donoso.
-Ha sido escoltado por un líder rebelde hacia Nexus.
-¿Perdón? –Dijo el General sorprendido.
-Me imagino que vio los dos cuerpos de los que custodiaban las puertas –Dijo firmemente Pedro, su voz parecía más dura.
-Pensamos que había sido usted.
-Para nada. Soy incapaz de matar a alguna persona, no solo porque no se cómo, sino que también porque disgusto del uso de armas. Los que provocaron esas muertes fueron soldados rebeldes liderados por Jason Cohen.
El General Frank se quedó perplejo, había conocido a Cohen cuando todavía era un soldado fiel al ejército, a su planeta y al régimen–o por lo menos eso era lo que reflejaba al resto de las personas -. Todavía recordaba como Jason había matado a cinco soldados totalmente armados que lo rodeaban solo ocupando técnicas de peleas cuerpo a cuerpo. Pero, ¿Podría ser él?, los informes del ejército de Nexus lo habían dado muerto en una batalla en medio de bombardeos del enemigo, desde esa batalla nadie nunca lo había visto. Cómo era posible que estuviera vivo, las imágenes del lugar luego de las bombas eran conocidas para los Generales de casi todos los planetas unificados, y no había quedado nada, era solo desierto, imposible que un humano pudiera haber sobrevivido a esa catástrofe. El hecho le daba dos posibilidades al General; Pedro estaba mintiendo o Cohen no era un humano, no obstante, por qué Pedro sabría quién era Cohen. Había también una tercera posibilidad; quizás era solo un líder ocultando su identidad con la del soldado. Antonia era la única familiar que quedaba viva de Jason, quizás ella podría haberlos ayudado, pero los rebeldes la habían secuestrado. ¿Por qué?, quizás porque ese hombre si era Jason Cohen.
Los señores del gabinete viajaron a Nueva Alemania, todavía habían muchas cosas que hacer. Gracias a Dios, Xar´um no había tardado en dar respuesta, y había decidido apoyar al Dominio, solo con naves y a cambio quería asistencia en caso de que los rebeldes atacaran su planeta.
En el viaje ninguno de los tres hombres hablaron, todos estaban reflexivos. Pedro estaba pensado nuevamente en las palabras de Antonia cuando viajaban hacía el Dominio, el General Frank estaba pensado cómo era que Cohen había sobrevivido y el Presidente Alanestaba pensado en cómo atacarían la próxima colonia. Cuando llegaron dejaron a Pedro en la casa de Ricardo Holzmann, en aproximadamente dos horas más tendrían que estar en el hangar para la próxima reunión.
Lo primero que hizo Pedro fue ir a saludar a Anette, ya eran varias semanas desde la última vez que se vieron, no hablaron mucho ya que Ricardo los interrumpió y le pidió a Pedro que lo acompañara a la misma pieza en la que habló con Álticus.
-Así que has conocido a la señorita Donoso –Dijo Ricardo rascándose el pelo.
-Una agradable mujer, ¿Por qué la conoce?
Ricardo ignoró la pregunta.
-Pedro, me imagino que ella te habló del verdadero problema que esta sufriendo nuestro lado de la galaxia ahora, creo que veo la necesidad de explicarte todo. –Ricardo tomó asiento y le pidió a Pedro que hiciera lo mismo. –Pedro, desde hace mucho tiempo existe un grupo, se llama la logia Marshall. Soy parte de ella desde hace bastante tiempo, dentro de los miembros destacados estuvo la madre de Antonia. Desde hace mucho tiempo que analizamos el régimen y vimos lo que pasará con una ciencia muy avanzada, que se basa en las matemáticas para calcular el comportamiento de la población. Gracias a esta ciencia logramos prever la destrucción de nuestro lado de la galaxia –lamentablemente, su creador, que era el único hombre que sabía aplicarla, ha muerto hace poco -. La causa de esto era lo que quizá te mencionó Antonia, “todo funciona”, la ambición del hombre por crear algo que siempre funcione y no dañe el modelo sin importar el precio que hay que pagar, esa es justamente la razón de por qué la galaxia está apunto de desmoronarse. Lo peor Pedro es que ya no hay forma de evitar que el régimen caiga. Quizás es por eso que me he integrado al gabinete. Necesito también tu ayuda, necesito que en lo posible hagas que el régimen caiga y evites que los planetas se destruyan, tienes que estar dispuesto a morir por esta causa y lo más importante que le hables sobre esto a Anette, ella es una persona sensata, y no esta plagada de dogmas, si la haces razonar lo más posible es que nos ayude.
-Ricardo, no sé si puedo hacerlo –dijo lentamente Pedro.
-Lo tendrás que hacer Pedro, el futuro del universo depende de nosotros.
-Una última pregunta, Ricardo, ¿Tiene algo que ver su apoyo a este “grupo” con la muerte de su esposa?
-La muerte de Kate Trotsky es secreta, y le aseguro que usted no la quiere saber. Solo quédese con que nosotros podemos salvar a la galaxia. Somos la última esperanza que le queda a ésta. Somos los faroles que ahogados en aguas aún alumbran.

guacho use nombres en español.....Hugo Correa lo hizo y saco aplausos hasta de Ray Bradbury

si quieres encontrar nombres que signifiquen algo mas, para darles peso investiga sobre el origen de los nombres españoles y eso

pongale nomas que va bien esto

espero leer mas

saludos